Un elemento casi intangible y, sin embargo, siempre indispensable para la decoración: ¡la luz! Lo primero que se nos viene a la mente a la hora de pensar en la iluminación son las lámparas de pie u otras lámparas de mesa. Se nos suelen olvidar los apliques de pared, que son muchos más prácticos, automáticos y revisten la pared con un efecto muy estético. Nos encanta el juego de materiales y transparencias de este objeto de decoración que se puede encontrar junto a la cama para velar tu descanso o en el salón, para crear un ambiente único que acompaña el estilo de la decoración sin sobrecargarlo. Elegir un aplique de vidrio es apostar por un objeto de diseño sobrio, orgánico y a veces estilizado para decorar la pared. Además, es un elemento práctico y llamativo para la pared del salón o de la habitación, porque su valor decorativo te hará olvidarte fácilmente de su verdadera función. Porque sí, al final, el objetivo es iluminarte. La forma en la que se trabaja el vidrio para jugar con este efecto de transparencia a veces deja que se vea la bombilla, y otras veces crea un efecto de trampantojo. Si optas por jugar con la transparencia total, mejor que elijas una bombilla con personalidad, con un perfil único, de filamento o vintage.

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